Author: laprisci

Cierto día me encontraba
triste, sola y oprimida.
Quise hacer algo por mí
devolviéndome a la vida.
Cerré los ojos y vi
que donde el sol se ponía
una luz brillante y suave
en su entorno aparecía.
Seguí con ojos cerrados
viendo un paraíso bello,
dónde yo estaba sentada
entre flores y entre abetos.
Un riachuelo cruzaba
con un agua cristalina
y en esos momentos supe
que, si quería,
podía tirar al río despojos
que hacían daño a mis ojos
y a mi corazón partían.
Todo lo que allí tiré
lo remplacé por amor.
A la orilla del río,
contemplando la corriente,
quise que el caudal llevase
el mal que había en mi mente.
Cerré los ojos, inerte.
Rogué a las piedras del río,
a los juncos, a los peces,
que todos mis locos pensamientos
desapareciesen en el torrente.

Esta mañana hemos madrugado, pues era el día señalado para pasar 12 días en el balneario llamado Caldos de Tui. Sin parar en toda la mañana, sobre la 1 de la tarde y después de comer, Ángel ha cogido el coche (Oscar con nosotros), nos hemos acercado a Medina del Campo, desde dónde hemos cogido el tren a Vigo. Es el Talgo y francamente me ha gustado. Eran las 4 de la tarde y ahora mismo seguimos viaje y […]

Son las 9 y cuarto. Hemos pasado por Zamora y mucha montaña hasta llegar a Ourense. En esta estación, nos han cambiado de tren (bastante peor) y este nos lleva a Villarey. Pero hay algo que quiero destacar desde ese punto, el paisaje es precioso. Todo este trayecto (desde Ourense) vamos bordeando el río Miño camino hacia Villarey en un tren bastante cutre. Cansadillos del vaivén tenemos buenos deseos de llegar a nuestro edén, pues edén llamo a la meta.

Gracias por lo que cada día me das. Porque al no poder hablar, tus ojos me dicen y me transmiten tu paz.

Sigue teniendo fe y dulzura en tu corazón, porque con ello sabrás que conservas intacto el amor.

Quiero que sigas teniendo fe y esperanza en tu son, porque con ello estarás en posesión de algo tan hermoso como es el AMOR. Él te ayudará a encontrar la paz, el sosiego y la felicidad.

Bárbara Sta y bendita.

Agua de mayo y abril
humedece al fin el campo
para asegurar cosecha
del cereal y el garbanzo.

Labradores castellanos,
unidos al agua y sol,
al arado, a las hoces,
al viento, hielo, calor.

El trigo fue vuestra meta.
La cebada vuestro don.
Los algarrobos y hieros
fueron vuestro galardón.

Nadie os echó una mano,
nadie nunca os ayudó.
Fue la tierra seca y fría
las manos que sostenían
el bieldo y azadón.

Yo vi una mañana
que el sol relucía
y vi por mi ventana
una telaraña que aprisa tejía.

Sentí la maraña
que a mí me aprisionaba
y yo dulcemente,
bajando mi frente,
me sentí su esclava.

Vi como la tela crecía, crecía
y aquel sol potente
lindo y reluciente
desaparecía.

Yo desesperada, matarla quería.

Semana Santa sin luz
porque no hay sol en el cielo,
porque ha caído la nieve,
porque el suelo está cubierto.

La virgen va en procesión
de luto, triste y llorando
y el manto que a ella la cubre
de estrellas está adornado.

Se apagan las luces,
suenan los tambores,
lucen las antorchas,
silencioso el pueblo
las calles recorren.

¿Del sufrimiento surge la creatividad?

Día gris, día con frío. Estamos en primavera y el patio sigue cubierto con una nevada espesa.

Veo las ramas mover con intenso forcejeo y las flores que al caer se deshojan sin querer al empujarlas el viento.

El cielo gris, oscurece.
Una borrasca se acerca.
No hay calvario por las cruces
porque el aire, fiero arrecia.

Tengo la mente incierta y el corazón, ¿qué me dice mi corazón?