Impreso XVI: noche larga de espera 20/08/1995

Noche de lluvia y tormenta
Noche de verano gris
de madrugada festiva
Mi cuerpo tiembla por ti.
Oigo murmullo de ruidos
fantasmas, siniestras sombras.
Oigo el crujir de los chopos
y el chasquido de sus hojas.
Tengo el alma entristecida.
Tengo la esperanza rota.
Mis ojos dicen a gritos
lo que bien calla mi boca.

Llega el alba y con él viene
anhelo que suave flota
al penetrar en la estancia
la claridad de la aurora.

El sol naciente me trae
lo que a mí el sueño me roba.
Ya no hay noche.
Ya no hay sombras.
Ya se fue la oscuridad.
Por las puertas y ventanas
entra brisa hecha cantar
y alzando al cielo mis ojos
digo a Dios con humildad:
“Gracias padre mío, gracias.
Gracias por tu gran bondad.
Por haber traído a mi casa
al causante de mi mal”