Guerrero azul III

Eres atrevida, coqueta y audaz.
Tenía el tono de voz áspero y desgarrado.
Sus ojos eran azules y parecían sinceros.
Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero esas lágrimas eran de cocodrilo.

A cada santo le llega su día.
San Sebastián al sol y Santa Águeda al rincón.
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El buen paño en el arca se vende.
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Todo el monte no es orégano.