Violeta VI

Pienso: ¿cómo pasará? Me pregunto, ¿cómo y cuándo será?
Me digo: ¿cómo es posible que, ahora al cabo de los tiempos, me duela “marcharme” tanto?

Violeta V: receta de pisto

(Pisto)

Se fríe el ajo muy picadito, se echa la cebolla muy picada y el pimiento rojo igual. Todo rehogadito, se parte el calabacín y se añade al sofrito, también se añaden tomates y se hace todo un ratito. Cuando esté hecho se añade un poco de agua, que cueza todo y se añaden unos huevos, según los comensales que sean, pues los huevos se escaldan en el pisto.

Violeta IV

Querido hijo mío. Se que te encuentras en un paraíso rebosante de paz. Se que tu espíritu está rebosante de amor, paz y verdad.

Violeta III

Hijo mío querido.
Sé que donde estás hay paz.
Sé que hay luz, verdad, amor.
Yo siempre y en todo momento
mi corazón se halla contigo.
Hijo mío querido
¡Cuánto te añoro!
Cuantísimo te quiero.
Cuando me encuentre contigo
te tengo reservados
miles de abrazos,
millones de besos
y todos,
todos te los daré
cuando nos encontremos en el cielo.

Violeta I

Era Pintón un burrito
muy fino y muy elegante,
siempre dispuesto a lucirse
cuando salía a la calle.
Le gustaba presumir
y bailar por soleares.
Tenía razones para ello,
su amo era el alcalde,
tío Fiambre.

Un día salió a pastar
a la huerta de Pandora
y se encontró de sopetón
con la burrita Ramona.
“¡Qué bonita!”
Pensó el burrito Pintón.
“A esta chatita tan mona
La pido yo relación.”
Se miraron de reojo
y Pintón la guiñó un ojo.

Muy rico el señor alcalde
vivía en un gran palacio
y tenía un mayordomo
con apellido canario.
Este señor al burrito
todito le consentía
y le invitaba a postres
y él pedía chucherías.

Llegó el día
y el burrito, muy prudente.
Todos los burros presentes,
sin parar y el que más y las que menos,
llegaron a rebuznar.
El mayordomo en cuestión,
siempre le daba propinas
y a la burrita chucherías