Zorro Negro VIII: diario del balneario.

X – VI – 2003

Salimos de Muñoveros sobre las 10 de la mañana, está el día bastante calurosos y sobre las 12 estábamos en Majadahonda, hasta ahora todo bien. Bea nos llevó a Chamartín (estación). Allí acudió Héctor. De equipaje, dos maletas y una bolsa (mucho para lo que realmente necesitamos aquí).

El tren fue tremebundo, desde Madrid salimos a las 3 menos cuarto y llegamos a Sabiñanigo sobre las 10 de la noche. En nuestro vagón viajaban dos abueletes, mujer y hombre, que también se dirigían a Panticosa – Balneario –. Nos tuvimos que cambiar de vagón porque en el nuestro olía fatal, el otro era mucho más espacioso y en el viajaban bastantes personas, pero el traqueteo y el vaivén del viejo tren no cambió. Al balneario llegamos sobre las 11, pues en Sabiñanigo nos esperaba un autobús, el cual nos trajo por fin sanos y salvos.

La animadora nos puso al corriente de lo viejo de todo ello, de la cantidad de obras que estaban realizando. Nos comentó que este año había llegado el momento y la suerte de que llegara un Papa Noel, que iba a poner a todos los Hoteles Casinos y demás en unas condiciones admirables.

Como llegamos avisados, no nos pareció tan mal, pues si es verdad que es viejísimo, está muy limpio, la comida es estupenda, los baños muy bien y el paisaje una maravilla.

Nuestra habitación es grande y espaciosa, se compone de dos camas antiquísimas de madera muy bonitas, sábanas blancas y muy limpias. Sofá de las mismas características, sillón, mesa y silla, todo de madera, que no me atrevo ni a calcular los años que tendrán. En la propia habitación está el lavabo, es del año catapún. El cuarto de aseo es aproximadamente de 1,5 de ancho por 4 de largo, está más o menos bien, tiene todas las tuberías por fuera, ídem los desagües. La bañera es antigua también y grande, los soportes son 4 tacos, pues tiene patas, el único inconveniente que cuando te metes en ella tienes que pensártelo dos veces, pues el problemas es ¿cómo sales de allí?, pido ayuda a Ángel y así consigo no romperme ninguna pierna.

El armario es abrir una puerta como la de la entrada de la habitación, con un cuarto como de despensa, tienes la ventaja de que en el suelo te caben maletas, zapatos, bolsos… todo como es de suponer, en el santo suelo. Para colgar tengo que dar un salto pues las dos o tres barras que tiene, están un poquito altas.

Ventanas hay dos de madera fuerte con fallebas de hierro fuerte, pintadas antes de verde, después en marrón y ahora en gris. Lo que no sabemos es donde va a parar una puerta que hay cerca de las camas, el primer día Ángel trató de abrirla y contestó la voz de una mujer desde el otro lado.

El hotel en su conjunto no está mal, en la planta de abajo está el jol (hall) donde hay un mostrador pequeño, recepción, en el que la mayoría del tiempo no hay nadie. Eso a mí me extraña muchísimo puesto que al tener el hotel aproximadamente 300 habitaciones, entramos y salimos la gente como Pedro por su casa, aparte de que todos los clientes del Hotel Medio Día vienen a comer al Continental, que es este.

La cocina es muy buena, nos dan a escoger entre dos menús y todo bien guisado y estupendo. Damos paseos por el bosque, casi siempre con alguna gente más. Creo que ya he dicho que es un paisaje divino. Desde nuestras ventanas vemos y casi alcanzamos con la mano las veredas que suben a la cima de la montaña y lo más extraordinario y fantástico, el agua que baja a raudales formando dibujos. Cascadas fuertes y espumosas. A mí, el primer día me parecían railes de nieve, que desde la cúpula de la montaña, haciendo caminos y virajes, se dirigían hasta el valle.

No casi se ve la televisión, las habitaciones no tienen teléfono, no hay cines, ni bailes. La piscina se abre hoy lunes y allí haremos gimnasia. Los baños consisten, en primer lugar, unas emanaciones con respiración (estas son al vapor). Después entramos en una sauna, buenísima también, y por último, piscina con chorros. Lo extraordinario de todo esto es que el agua baja de la montaña completamente caliente y todo son aguas termales.

En la plaza del balneario está la fuente de S. Agustín, esa agua es bueno para el riñón. Por lo tanto recomendado por el médico: 3 vasos antes del desayuno, otros 3 antes de la comida e igual antes de la cena. Ángel, como todo se lo sabe y hace lo que quiere, no se toma ninguno, pues si he de ser franca cuesta un poquito, puesto que también es calentita.

Ayer domingo fuimos de excursión a Ordesa, un parque natural, que esto hay que vivirlo para sentir.

En este momento estoy en nuestra habitación con la ventana abierta y estoy escuchando y viendo un rio caudaloso y cantarín, el cual pasa debajo de nuestra ventana. Son ríos que rodean el Balneario, piedras grande bajo el agua clarísima, protegido por vallas de aproximadamente 1 metro de altura. Canta y corre con fuerza impetuosa levantando espuma, y cantar todo a la vez.

Esta tarde lunes, pensábamos ir de excursión a la fuente de la Belleza y ha empezado a llover fuertemente. La verdad es que no para, así que estamos en la habitación, Ángel con sus Oestes y yo 5 horas con Mario, que aunque ya la había leído me sigue entreteniendo. Ahora recogeré la ropa húmeda del baño y de la piscina y lo colgare en el perchero, que aun que es más viejo que la tana, cabe todo lo habido y lo de por haber. Sobre las 6 de esta tarde bajaremos a la sala de televisión y jugaremos una partidita con Victoria, una señora de Madrid muy modosita y calladita ella; su marido Florencio, que ese sabe jugar a la baraja y hace unas jugarretas que te asustan. La Florencia, también de Madrid, pero que la señora se las trae, pues en vez de estar mirando al compañero para hacer señas se distrae viendo a una pareja de viudos jugar al parchís, y no sirve que la digas a la señora. Hace lo que le da la gana, cuando tiene el as te hace el rey y al revés. Pero tengo que reconocer que la Floren me cae divinamente y también su marido que no recuerdo como se llama, a mí se me representa a Joaquín, el marido de la Juanita García.

8-tarde. Parece que amaina el torrente de lluvia, cuando eso ocurre se queda una tarde muy sana y clarísima que el paseo es una gozada.

El otro día nos quedamos sentadas en recepción Victoria y yo, llegamos de dar un paseo, pues Ángel y Florencio se quedaron en el Hotel Mediodía viendo el partido Atlético-Madrid. Estábamos comentando que se veía mucho guardia civil. En el mostrador no había nadie, también lo comentamos. La gente salía y entraba, subían, bajaban. Unos, buenas pintas, otros regulares. Salió a por tabaco una chica, que es la que nos atiende en los baños, preguntamos que por que allí no había nadie vigilando. Nos comentó “esto es así, toda la noche está abierta la puerta y no pasa nada”. ¡Jolín! La Victo que de un miedica subido y yo, que no me quedo atrás, estábamos cagaditas de miedo. Entra un chico joven y nos dice “¿Han visto vds. por aquí a la guardia civil?” Pues no le contestamos, pensamos se iría, pero no señor, entró para dentro. Nosotras con la enfermera (que por cierto era de Toledo). Nos confesó que por esos montes estaban buscando a un etarra, nos lo acabó de rematar la niña con esa noticia. Nos quedamos en el jol esperando algo o que el chico que había entrado y no había vuelto a salir fuese realmente algún maleante o que todo fueran conjeturas nuestras dadas lascircunstancias. De pronto, empezó como si fuera una peregrinación de guardias civiles, todos con su pistolita, que no creo que fuera de juguete, todos jóvenes. Paramos a un par de ellos y les contamos la historia del chico que entró pero no salió. Ellos, muy amablemente, entraron al comedor y colorín colorado, no sabemos la historia como terminó.

Son las 9 y cuarto, ha amanecido un día espléndido. Hemos desayunado a base de bien, esto a las 8 y cuarto. En este momento nos prepararemos para bajar a los baños. Como lo hacemos en grupos, nos ha tocado una buena gente y animaditos, en lo que cabe pues todos somos vejetes por lo tanto hacemos consonancia con los muebles de este hotel.

11 de la mañana, preparados para ir a la embotelladora del agua Panticosa. Curioso pero no demasiado espectacular.

Como estoy liada con la dichosa tensión, que no puedo explicarme porque esta mañana estaba por las nubes, cuando me tomo la pastilla hay veces que baja, pero tengo el problema que no dejo de mear, una lata, pero está ahí y punto.

Ahora bajaremos a comer y reírnos un rato, pues somos 8 en la mesa. Si soy sincera el primer día, la mayor parte no me hicieron tilín. A la cabecera de la mesa esta Mª Ángeles, viuda de 65 años bastante gordita y simpaticorra, esta mujer me recuerda a la Inma la de Ilumi, así que ya os podéis figurar. La de mi izquierda, Toñi, repipi y sabelotodo, también viuda, pero que cada vez me cae mejor, pues si los primeros días creí ver en ella que se quería hacer la santa, me reventaba de verdad. Toñi es íntima amiga de Mª Ángeles, de siempre. Después, estoy yo, que no sé porque me tendrían, un poco acobardada, pueblerina, sorda y como si no valiera para nada. Ángel metiéndose cada tanque de vino que para que contar, él y dos de los viuditos les aprietan y empinan el codo que para qué. En la otra cabecera de la mesa se encuentra Luis, un hombre que ni tuye ni muye. Claro, que al ser algo sordo se parece a mí, a veces tiene cara de tonto. La mujer de Luis, para que siga la racha de la sordera, también lo es. Tiene dos aparatitos pequeños y no me parece ni bien ni mal. Pegandito con ella está su cuñada, viuda del hermano de Luis ¡Esa sí que es de armas tomar! Que si se come de esta manera, que si en el sentarse se conoce a la gente lo fina u ordinaria que es, que tiene un gato llamado Casimiro limpio y juguetón, que su marido era un bendito y lo bendito se marcha pronto. En fin, que esa me cae fatal, se llama Elvira y es una de las que empina el codo. La que la sigue, y ya se termina la historia de mesa, se llama Rosa, también es viuda, su marido se murió hace un mes y se la ve que tiene valor y es fuerte pues si no, de que se viene sola la mujer. El domingo estuvo aquí su hija y francamente me gustó la chica. Rosa es otra presa fácil para estas lobas marinas, pero tiene educación y según habla también ha ido a comer a sitios buenos donde, como ellas dicen, en esos sitios se conoce a las personas. Pero el otro día se me quitó a mí la tontuna con una pastilla que me dio el médico para la tensión y salió la Prisci de siempre, la que hace cosas mal pero otras si sabe hacer y decir y las vi que se sorprendieron. La mosquita muerta y la pueblerina si sabía un poco lo que se traía entre manos. Por la noche di un paseo con Rosa y su hija y me comento “¡Pero hija Prisci! ¡Si tú y yo las podemos dar papas a esas chulas!”.

Para Ángel todo bien, el hace su vida, se limita a llenar los vasos de vino cuando se terminan y punto. Hoy he tenido una pequeña discusión con él, hasta ahora me he hecho la tonta, creo que me ha dado la razón puesto que hoy le he visto casi no tocar el vino, creo que el estómago le ha avisado. Por lo demás Ángel está muy bien, lleva estupendamente no ver la tele, que ya es decir. Nos damos paseos por el monte, que eso tiene tela marinera, pues la subida bien, pero la bajada es de aquí te espero. Cuando estamos arriba y divisamos el valle es algo impresionante de bonito.

Ayer fueron muchas de ellas a la fuente de la belleza, se lavaron en ella la cara y vinieron con el convencimiento de que lo habían logrado, pero a mí me pareció, que por la pinta que traían de cansancio, la fuente había surtido el efecto contrario.

Hay una mujer gordita y grande que se la ve buena persona, está acompañada por 2 hombres, el uno es su marido y el otro es un viudo. Se conocieron hace 5 años en este balneario y desde entonces todos los años se juntan aquí los tres. Ella está un poco hecha polvo de las piernas y demás pero tiene un sentido del humor estupendo. El otro día nos dijo que aunque su marido y el amigo siempre van juntos de maricones nada. Es estupenda.

Pero hay una cuadrilla de viudos, solteros o separados que entre ellos se llevaban bien. Una parece una marimacho de no te menes. Tiene aspecto de burrona, no dice adiós a nadie. Mujer grandona, vestimenta estrafalaria y cuando te la encuentras te mira como si te perdonara la vida, en eso todos los que estamos aquí coincidimos, pero sus amigas la siguen hasta la muerte.

Los demás son gente todos muy normales donde no se nota si son mejores o peores, pero lo del critiqueo está a la orden del día. Hoy hemos desayunado con una pareja mayor los dos, el, 87 años, pero muy cachondos. Ella a la marimacho la llama perdona vidas. Nos hemos reído un rato con ellos, el desayuno no es ritual y lo hacemos unos días con unos y otro con otros.

Aquí se sabe la vida de unos y la de otros ¿verdad? ¿mentira? Es algo que no nos importa pero como hay poco que hacer y estamos juntos hasta en la sopa…

Avelina, que es una mujer que me encanta (ya me he referido a ella anteriormente), es la mujer que siempre está acompañada por el amigo y el marido. Hasta Ángel se lleva bien con ella, pues te cuenta unos chistes verdes que te hacen reír.

¿Se puede figurar alguien que conozca a Ángel subir y bajar montaña? Es divino contemplar desde arriba todo el valle ¿y desde abajo? Mirar para arriba y ves cascadas impresionantes, salen de arriba, de la cima, y bajan juguetonas y cantarinas formando en su recorrido una espuma blanquísima. Trazos de nieve que parece que lo puedes alcanzar con las manos y muy cerca en el valle, a 10 metros del hotel donde nos hallamos, una piscina de aguas termales calentitas. En esta piscina es donde fuera y dentro de ella hacemos gimnasia con Mª Ángeles, la monitora, que la pobre no se ni como aguanta, pero se la ve con paciencia y muy profesional.

19)

Anoche nos dimos un paseo, pero como Ángel estaba cansado se fue a la cama, yo me quede de parleta con Benita. Beni es de Villacastin y conocía a todos los amigos de Mari y Agustín. Es una mujer muy pisporreta, pequeñita y bastante tetuda, simpáticorra. Se me representa a la Felisa de Nico. No se si cuando vuelva yo a leer esto podré creerme que haya escuchado tanto y sin embargo haya hablado tan poco, sobre todo de jaleos, problemas, enfermedades,…

Dimas: a ese hay que echarle de comer a parte, fumador empedernido, uno tras otro, a su aire siempre, sus palabras más usadas, cabrón, maricón. Tiene una pinta de viva la virgen que para qué. Empina bastante el codo pero opino que es noblote y que Benita en muchas cosas hace lo que la da la gana, aunque como él va a su aire, ella charla con unos y otros y aparentemente no se la note que la afecte demasiado.

Ángel aguanta bien los baños que nos dan, pero la sauna no le va y allí me deja con quien sea. Bastantes días con el Dimas y algunos más, contando chistes verdes o no verdes, se sabe muchísimos.

El tal Dimas se junta con otro que es poco más o menos que el, son dos machistas empedernidos. En su casa se hace (según ellos) lo que les da la gana, son un par de fanfarrones de aquí te espero.

Hoy hemos estado de marcha por parte de la montaña. Salimos a las 10 de la mañana y hemos llegado al balneario a comer a la 1 de la tarde. Todo el tiempo andando menos las paradas en las cascadas, balcón de la reina, desde donde se divisa todo el valle. De verdad, que por mucho que diga, es impresionante. Luego también está la fuente de la belleza, la de la cagalera. Se llama belleza porque según dicen rejuvenece, y el otro nombre es debido a que ayuda a hacer de . . . También este valle nos ha causado algún trastorno, como es las excavadoras, obreros y maquinas por todos sitios. Casi todos los edificios están en obras y no para nada, más que los domingos.

Son las 8 de la mañana, día antes de la vuelta a nuestra tierra y con todos los nuestros, ya tenemos ganitas de verles a todos.

No puedo por menos de decir que uno de los contratiempos, si se puede llamar eso, es que hace dos días en la mesa, hubo un encontronazo con Toñi y Rosa. Reconozco que Rosa está muy sensible ¿o es que ella es así? No lo sé. Ojo, la disculpé luego con los otros, por que dije que había que hacerlo, basta que lo de su marido estaba muy reciente y no era de extrañar su reacción. Pero los otros viudos no lo entienden así, dicen que por eso han pasado ellos también. La verdad es que fue por una simpleza, pero pasó, y Toñi se fue de la mesa llorando. Pero la que está como una fiera con Rosa es Elvira, dice que a ella nadie la dice lo que tiene que hablar en la mesa y menos una persona que no tiene ni fu ni fa de educación. Abrí el pico para decir que nos quedaban dos días y mi opinión era la de procurar que todo fuese bien. Dijo que ni hablar, que por encima de ella no pasaba nadie. Charo, su cuñada (la sorda), me miró y nos encogimos de hombros.

Pero nosotros seguimos haciendo nuestra vida normal y no nos ha afectado en absoluto. ¡Pues ahora sí que estamos bien! Me doy cuenta en este momento que hace tres días nos invitó Luis el de la mesa a café, porque dice que era su santo, S. Luis, ¿pero qué San Luis? ¿No es el 25 de agosto? Que lio dios mío.

Hoy, la víspera de la marcha, hemos ido Ángel y yo a la fuente de la cagalera. Esta fuente está metida en una especie de ermita, tiene como una urna de altar. Por ahí entre unas rocas sale el agua que se encauza por un tubo y llega a la pila, parecida a las de la iglesia de nuestro pueblo. Hay como un balcón de hierro desde donde se divisa la montaña. Para acceder a todos estos sitios hace falta subir y bajar laderas, pendientes y escarpados que si tiene la mala suerte de tropezar sencillamente te puedes romper los hocicos.

A la puerta de hotel (como casi siempre) estaba Avelina junto a sus dos acompañantes, el marido y el amigo. Como son tan amables nos hemos sentado un rato con ellos. Nos ha contado, todo con la gracia que la caracteriza, que los vasos de agua que nos mandaban tomar antes de cada comida tenían un significado y que era el de llenarnos el estómago antes de comer para ahorrarse ellos comida. La hemos dicho que eso en nuestra mesa no nos afectaba, puesto que comíamos divinisimamente. En ese momento han llegado Dimos y el otro borricanacano diciendo brutalidades (como siempre), que si la viagra arriba, que si abajo. La Avelina, que sabe llevar la corriente en cualquier conversación, que estaba visto que ellos se daban mucho pote y eran unos fanfarrones de mierda, pero de lo demás nada. Había otra mujer en la conversación y ha preguntado que qué era la vinagra esa. Avelina, que se estaba dando cuenta que yo no estaba casi en la conversación, a dicho con mucha guasa que se lo explique la Prisci, que esta oye cuando quiere y cuando le da la gana. Y dirigiéndose a mí me ha dicho “¡Oye rica! ponte las pilas que te veo un poco despistada”. Esta mujer me ha dejado una cinta de un teatro hecho por su marido y ella en su pueblo, “mira chica” me ha dicho “te la dejo porque tienes cara de buena persona y sé que me la devolverás”, francamente, viniendo de ella, me ha alagado.

Después de nuestro paseo, todos los viejetes estábamos citados para darnos el informe, pero a nosotros nos ha citado para esta tarde, por lo de mi tensión. La verdad es que no me he figurado nunca que lo de la tensión fuera tan preocupante. Nos ha pesado, Ángel 77 y yo 80, teniendo en cuenta que he pesado 86 pues no me ha parecido mal.

Creo que cuando lleguemos a casa echaremos de menos este monumental murmullo que produce el agua que baja de estas montañas y que alborotado y cantarín pasa bajo nuestra ventana.

FIN.